«Está bien, ella se fue, no va a volver», me dije, tratando de calmarme mientras la veía huir de mi vida en medio de la gente del paseo Florida. Esta era la cuarta vez que ella se iba y me gritaba que era la última vez; también era la cuarta vez que yo me sentía un poco deshecho, un poco desecho. Pero, esta era la última vez, «es la última vez», le dije a la joven que atendía el kiosco donde compré los Phillip Morris. «Pues, me parece muy bien: fumar mata», dijo ella sacándome de mis enredos sentimentales. Caminé un poco, llegué a Carlos Pellegrini y me senté en cualquier café. Mientras esperaba mi cerveza, prendí el cigarrillo, dejé que el humo penetrara mis pulmones mientras buscaba la solución, ¿era ella realmente a quien yo necesitaba o no me quería sentir solo?
Daniel.
3 comentarios:
Está bueno compa, pero esa última pregunta da pa' q pongás algo más, deja antojado de saber más, cortate otro fragmentico, pegale la continuación a eso no seas calienta huevos...
Jajaja, eso pensé yo, que hasta ahí estaba bien, más adelante pongo otro fragmento de ese capítulo. Un abrazo compa, gracias por leer.
Yo pienso todo lo contrario. Nos deja con expectativa. A volar la imaginación si fue el camino A o el camino B. Si era yo quien no me quería sentir solo qué ocurre? si era ella realmente a quien yo necesitaba, qué ocurre?
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